Título: Los días grises
Autor: Sergio Alonso Minguez.
Editorial: Editorial Amarante.
Páginas: 234
ISBN-13: 978-84-16214-39-6
Sinopsis:
Una novela distinta, una distopía sugerente, barroca, que oscila entre la novela neogótica y la ciencia-ficción. “Los Días Grises” traza un futuro enmarañado y decadente, posterior a la debacle que inició un agente patógeno transmitido por la moneda de curso y derivó en el hundimiento de la sociedad de bienestar. Como lienzo de fondo aparecen las tramas políticas y la acción bélica, en un entramado en el que se dibujan vidas, monólogos interiores, nostalgias viscerales, visiones preclaras a través de ventanas ojivales y páramos que incitan a la reflexión.
Opinión:
Este libro está compuesto por 21 capítulos encabezados por un número y un breve texto relacionado con lo que ocurre en su interior. La historia transcurre, como no puede ser de otra manera tratándose de una distopía, en un futuro devastado por la guerra; La historia transcurre a caballo entre las ciudades Omniscia (centro del régimen), Mirena (ciudad comercial), Arvina (la gran industria) y la ciudad vieja.
Los personajes están bien construidos y se nos presentan de forma que encajan a la perfección en el global de la historia, pero como suele ocurrirme en relatos de estas dimensiones siempre me quedo con ganas de conocer algo más de los personajes secundarios, tengo la sensación de que solo conozco a Dante, el personaje principal.
Ha llegado la hora de comentar el estilo narrativo, cuando pensamos en una distopía pensamos en un lenguaje fresco y actual, y al leer las primeras líneas nos queda claro que nos encontramos ante un lenguaje que no tiene nada que envidiar a los grandes clásicos. Hace tiempo que no leo clásicos y me costó algunas páginas acostumbrarme, pero una vez me adapte disfrute de la obra, como lo que es, una novela digna del romanticismo con tintes de futuro devastado.
Analizando la historia como distopía tiene todo lo que para mi entender tiene que tener este tipo de género, crítica a la sociedad actual mostrándonos a donde nos dirigimos, intrigas en las altas esferas, sometimiento de las masas y como no amor (amor trágico como debe ser en un clásico romántico). Y he aquí mi única duda, no sé si será para todos los públicos, y voy a explicar porque, el motivo es que los lectores de clásicos no suelen leer distopías y los lectores de distopías no suelen leer clásico. Aunque a mí me ha ganado porque me gustan los dos géneros, leo clásicos desde siempre y hace algunos años ley varias series distópicos.
“Todo esplendor queda lejos, tan lejos que ya nadie lo recuerda. Nos ha enseñado el tiempo que la mayor amenaza de una guerra es alcanzar más de una generación; los hijos luchan tan sólo por la memoria de sus padres y el fin del odio llega exclusivamente con el fin del hombre.”
Este es un libro que como veis en el párrafo anterior tiene un lenguaje muy cuidado y el cual se debe leer de forma reposada y saboreando cada frase, para mí es ideal para estas fechas, en la que las noches son largas y frías. Yo lo he disfrutado con una taza de café caliente en la mano y que es como se debe leer un buen clásico (aunque sea moderno).
En conclusión: Una novela o relato de algo más de 200 páginas, ambientado en un futuro devastado por un agente patógeno. Personajes bien construidos y que encajan a la perfección. un estilo narrativo que no tiene nada que envidiar a los grandes clásicos. Una historia que con todos los componentes que esperas en una distopía. Un libro ideal para disfrutarlo en estas frías noches con una taza de nuestra bebida caliente favorita.